Tiene como objetivo principal, fortalecer la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, manteniendo el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2 grados Centígrados con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitarse ese aumento de la temperatura a 1.5 grados Celsius. Además, busca aumentar la capacidad de adaptación de los efectos adversos del cambio climático promoviendo un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero; y aumentar las corrientes financieras a un nivel compatible que permita un desarrollo resiliente al clima y con baja emisión de gases.
El 5 de octubre de 2016, cerca de 55 Partes del Convenio, en total, por lo menos un 55% del total de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, ratificaron, aprobaron y se adhirieron al Acuerdo; por ende, se superó el umbral que permitió la entrada en vigor del acuerdo el 4 de noviembre del mismo año. A septiembre de 2017, 160 países han ratificado 197 partes de la Convención.